viernes, 11 de febrero de 2011

LA BIKINA -VIDEO E HISTORIA-



“La Bikina”

En una soledosa tarde de playa en Acapulco, el compositor mexicano Rubén Fuentes “paseaba” la mirada entre las bañistas de apretados bikinis. El sol rayaba el cenit y, Fuentes, acalorado se refrescaba con la brisa marina en uno de los puertos más hermosos del mundo.
A su lado, su hijo Alejandro y, a escasos metros, su entonces esposa, la actriz Martha Roth. Ansiaba el compositor tomar algo refrescante, pero recibía un arsenal de preguntas de su heredero.

Transcurría el año 1964 y era la primera vez que su hijo veía el mar y sus pies gozaban de la cálida arena. El menor, acostumbrado siempre a ver a las mujeres de vestidos largos observó a estas en diminutos trajes y le preguntó a su padre porqué llevaban tan poca ropa. Este le explicó que iban con un traje enterizo llamado “bikini” pero el niño le comentó que tratándose de mujeres debía llamarse “Bikina”. El cadencioso paso de una mujer de la que Fuentes no le desprendió la vista y el nombre que le dio su hijo dieron pie a una de las más hermosas canciones: “La Bikina”, mundialmente famosa.


Y al son jaliciense decidió perpetuarla con el Mariachi Vargas de Tecalitlán. Tiene casi un símil a la leyenda de Penélope en la que un caminante paró su reloj una tarde de primavera para observar la belleza de la mujer.

La Bikina es, de las que integran el repertorio latinoamericano, una de las canciones que destilan más nostalgia. Vaya poder evocativo el que tiene esta joya. Esta pieza mexicana fue compuesta por Rubén Fuentes, y la letra es de Maria Jose Quintanilla, y describe la leyenda de “La Bikina”.


“La Bikina” está inspirada en una leyenda de la época de los Cristeros. (Ocurre en el Estado de Jalisco, en un pueblo encerrado entre […] Los Altos). En una noche de tormenta … un campesino … al ver que en el lugar se hallaba una recién nacida abandonada a su suerte… El sacerdote decidió anunciar el hecho … pero no hubo respuesta alguna, en vista de lo cual, la depositó en un convento cercano con las madres Carmelitas. La niña creció entre las monjas … Se iba tornando de una extraña belleza. Le habían bautizado con el nombre de Carmen … Pasó el tiempo … A raíz de los problemas de la Iglesia con el Estado, se había formado una liga de defensa religiosa, eran Los Cristeros, y en 1925 el presidente Calles, procedió contra los rebeldes haciendo una persecución por todos los puntos del país, principalmente en Jalisco,… De pronto la puerta se vio abatida por un pelotón del ejército que entró con furia destruyendo lo que encontraba en su camino … Carmen, resultó el blanco de los hombres, que al verla se quedaron prendidos de su belleza. Uno la tomó en vilo y la sacó del lugar y se la llevó, era el capitán Humberto Ruiz. La chica estuvo inconsciente durante días… Encerrada 17 años, sin saber de la vida y de pronto había sido ultrajada, sin entender siquiera qué le había ocurrido, sólo sabía que prefería morir antes que seguir aquel martirio y como una defensa a la naturaleza, permanecía inerte. Despertó por fin … Ella trató de incorporarse y él no se lo permitió, le trajo agua y con dulzura le limpió la frente con un pañuelo. Así estuvieron por días, él amable, atento y servicial… No hubo el menor diálogo entre ellos… El intentó romper aquel silencio, pero parecía muda. Pasaron 3 estaciones … le besó las manos y llorando le pidió perdón, salió dejándola sola para siempre. Carmen olvidó su nombre y todo lo relacionado con su persona, alguien le puso La Bikina caminó por varios pueblos y haciendo trabajos domésticos se mantenía. Ningún hombre podía acercársele… El destino la puso nuevamente frente a Ruiz y en esta ocasión, ella le sonrió… Vivió una noche de amor incomparable y ya para el amanecer … Se perdió en el firmamento. Su historia inspiró a la gente que la conoció.


Solitaria camina la bikina
y la gente se pone a murmurar,
dicen que tienen una pena,
dicen que tiene una pena,
que la hace llorar.

Altanera preciosa y orgullosa,
no permite le quieran consolar,
Pasa luciendo su real majestad
pasa camina, los mira,
sin verlos jamás.

La bikina tiene pena y dolor.
La bikina no conoce el amor,
por la playa camina la bikina,
mientras tanto la gente al murmurar.

Dicen que alguien ya vino y se fue,
dicen que pasa la vida
soñando con él,
dicen que pasa la vida
soñando con él.

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